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Detalle de la Fotografía ES.47186.AMVA/CZ//CZ S 36. Fotografía. José Zorrilla sentado en un jardín. 3 enero de 1889

« Rompa usted esta carta, porque lo que yo puedo decirle a usted como amigo,
no quiero que pase al dominio del público: es mi interior y no tiene derecho
a penetrar en él. »

José Zorrilla. Carta a José Puig y Llagostera, Burgos 2 de julio de 1867. Biblioteca de Catalunya. Fondo Borràs

Diez años antes de su muerte, Zorrilla dispuso en su testamento que todos sus papeles, manuscritos, notas, trabajos literarios sin concluir y memorias póstumas se entregaran a su abogado y albacea Manuel de Mata para que quemase toda su correspondencia, concluyese o diese a concluir sus obras inacabadas y repartiese a medias el producto con su viuda. No será esta la única vez que Zorrilla ordene la destrucción de sus escritos. Consciente del peso de la fama y conocedor, como era, de la importancia de lo escrito, dará instrucciones semejantes a los destinatarios de algunas de sus cartas portadoras de información comprometedora o reveladora de sus constantes apuros económicos. Seguramente este es el motivo por el que no ha llegado a nosotros lo que podríamos denominar "el archivo personal" de José Zorrilla. Todo lo que conservamos de este archivo son los restos documentales -apenas unas cartas y algunos diplomas- que su viuda, sus herederas y algunos amigos donaron a la Casa de Zorrilla y que hoy se conservan en el Archivo Municipal de Valladolid.  

“Zorrilla a través de los documentos” persigue dos objetivos: en primer lugar, franquear el acceso a la figura pública del poeta y al hombre que se esconde detrás de ella a través de la lectura de sus documentos y, además, llenar el vacío dejado por la desparición de su archivo mediante la reunión de documentos procedentes de diferentes archivos y bibliotecas (dieciséis por el momento) que, una vez digitalizados, se presentan a los lectores acompañados de sus descripciones. Entre estos documentos no solo encontramos muchas de las cartas que Zorrilla envió y recibió a lo largo de su vida, sino también poemas y otros escritos de carácter público y privado relativos a su persona, a su familia, a su tiempo o a la huella que dejaron su vida y su obra.  

Forman parte del proyecto, en primer lugar, los aproximadamente doscientos documentos que componen la colección de la Casa de Zorrilla. Esta colección, que toma el nombre de la institución responsable de su custodia hasta su reciente traslado al Archivo Municipal de Valladolid, está formada por los documentos que donaron a la ciudad personas muy próximas al poeta (su viuda, sus herederas, algunos de sus amigos más íntimos) a partir del momento mismo de su muerte, a los que se sumaron otros que compró el Ayuntamiento y los que legó Narciso Alonso Cortés. 

En el Archivo Municipal de Valladolid se conservan también otros documentos surgidos como consecuencia natural de la estrecha relación que tuvo Zorrilla con su ciudad natal, materializada en cuatro asuntos: su nombramiento como cronista oficial, la coronación de Granada, el traslado de sus restos mortales desde Madrid y las honras fúnebres que le siguieron, y el homenaje póstumo que la ciudad le tributó a través de un monumento.

De otros archivos vallisoletanos procede un importante conjunto de documentos que aporta datos sobre su familia (Archivo de la Real Chancillería), su nacimiento (Archivo General Diocesano), su formación (Archivo de la Universidad) y sobre algunos actos jurídicos que firmó ante notario (Archivo Histórico Provincial). Otros archivos históricos provinciales –los de Palencia y Burgos- ofrecen información muy similar a la de su homólogo vallisoletano, aunque centrada en las haciendas que Zorrilla heredó de sus familias paterna y materna.

También los archivos que custodian los fondos producidos por los órganos de la Administración Central contienen testimonios sobre su vida, su familia y su obra. Así, gracias al Archivo Histórico Nacional tenemos noticia de la estancia de Zorrilla en Cuba o de la pugna por los derechos de sus obras antes y después de su muerte, mientras que los documentos conservados en el Archivo General de la Administración permiten documentar asuntos tan variados como el exilio paterno en Burdeos, su vida en París en los años centrales del siglo XIX o la repercusión internacional que tuvo su obra a mediados del siglo XX.

De la estancia del poeta en Barcelona, de sus proyectos editoriales en Cataluña y de su intensa relación con el mundo político, empresarial y cultural de la Renaixença son testigos los ricos epistolarios de la Biblioteca Museu Víctor Balaguer y de la Biblioteca Nacional de Catalunya. Y los archivos municipales de Burgos y Granada, a los que pronto se añadirán los de otras ciudades, evidencian la especialísima relación que Zorrilla mantuvo con algunas capitales que fueron escenario de sus momentos de gloria o de alguna de sus obras más celebradas. Otros archivos, como los del Congreso y el Senado serán testigos, por el contrario, de algunos de sus momentos más amargos, como la angustiosa concesión de la pensión de las Cortes Generales. Finalmente, completan este panorama los archivos privados, como el de Matilde Díaz Pardo y otros que seguramente se le unirán en el futuro, que conservan fragmentos de la abundante y dispersa correspondencia del poeta.

Esta iniciativa de publicar la correspondencia y otros documentos de Zorrilla no es novedosa. Sigue el camino abierto por Narciso Alonso Cortés con la inclusión de las transcripciones de muchos de los documentos cuyas imágenes publicamos ahora en su obra Zorrilla. Su vida y sus obras (1916-1920). Un camino que fue seguido luego por Francisco Rodríguez Marín (1934), Luis Fernández (1945), Rodrigo Grossi (1968) o Luis Seco de Lucena (1974) entre otros, y más recientemente por la Fundación Juan March, que ha publicado en la red las cartas entre Zorrilla y Carlos Fernández Shaw que conserva entre sus fondos.

Somos conscientes de que los documentos que aquí se reproducen son solo una parte de los muchos que existen en otros centros públicos o en manos privadas. Este es, por tanto, un proyecto necesariamente incompleto que nace con la vocación de permanecer y seguir creciendo, y con la voluntad de facilitar a todo el que lo desee, especialista o no en Zorrilla, el acercamiento a la figura y a la obra del autor del Tenorio.

Archivo Municipal de Valladolid